El Sol se muere. La raza humana ha logrado sobrevivir al colapso de la era de los combustibles fósiles, ha logrado remontar la extinción de la biodiversidad de los siglos XX y XXI. Pero no hemos podido desligarnos de la Tierra. Nuestras exploraciones espaciales han sido en vano, los planetas visitados no son compatibles con nuestra forma de vida y los intentos de colonización han ido fracasando uno tras otro.
Ahora, lo sabemos, la especie humana está condenada. En unos pocos miles de años el Sol se convertirá en una supernova y su energía pulverizará nuestro planeta y todo lo que hay en él. De nuestra presencia en el universo sólo quedarán las miles de sondas que hemos enviado en todas las direcciones posibles lanzando nuestro último grito de socorro, nuestro último adiós.
Ahora, lo sabemos, la especie humana está condenada. En unos pocos miles de años el Sol se convertirá en una supernova y su energía pulverizará nuestro planeta y todo lo que hay en él. De nuestra presencia en el universo sólo quedarán las miles de sondas que hemos enviado en todas las direcciones posibles lanzando nuestro último grito de socorro, nuestro último adiós.
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