No hay un camino señalado, pero todos los individuos parecen saber cual es el suyo. Tan atareados están, que no es difícil imaginarlos infinitamente solos en medio de la multitud. Algunos parecen conocerse, y se paran unos instantes para reconocerse. Pero la inercia es tanta, y tanto el movimiento a su alrededor, que se ven impelidos a continuar con sus carreras. En ocasiones, alguno de los del enjambre se para, repentinamente iluminado por la inutilidad de su quehacer. Pero los otros, simplemente, le toman por loco y procuran que sus desordenadas sendas no vuelvan a pasar junto a él. [Posted with iBlogger from my iPhone]