He vuelto a mirar el cartel: se vende. Ya no hay marcha atrás.
Hemos puesto a la venta nuestro pasado, nuestra vida en común. Hemos repartido amistosamente los objetos, procurando parecer civilizados. Nuestros abogados se han felicitado por lo sencillo del proceso y ella se ha mudado de ciudad.
Hemos borrado nuestros rastros. Ahora apenas quedan unas anotaciones en algún registro oficial y una enorme cicatriz en medio de mi alma.
Hemos puesto a la venta nuestro pasado, nuestra vida en común. Hemos repartido amistosamente los objetos, procurando parecer civilizados. Nuestros abogados se han felicitado por lo sencillo del proceso y ella se ha mudado de ciudad.
Hemos borrado nuestros rastros. Ahora apenas quedan unas anotaciones en algún registro oficial y una enorme cicatriz en medio de mi alma.
Comentarios