Olvidar tiene su lado bueno. Así me lo parece a mi, que vivo con la maldición de no recordar absolutamente nada, tan solo lo que leo. Soy un hombre sin recuerdos. Sé mi nombre porque lo leí en un certificado, sé que me licencié con notas meritorias porque todo lo que leo lo grabo en mi memoria para siempre.
Al principio pensé en suicidarme, segar la trágica vida que me había tocado vivir. Pero luego me di cuenta que no tener recuerdos es una enorme ventaja, soy realmente libre. Me aficioné a leer todo libro que caía en mis manos para acumular conocimientos perfectamente inútiles, aunque al final me terminé volcando en la literatura, donde hice míos los recuerdos volcados en sus páginas por los autores. De hecho, estoy seguro de que esto que escribo lo he leído antes en algún otro lugar.
Comentarios
Será que yo también soy un hombre sin recuerdos. De hecho no creo que mi cabeza pase de 512 Mb.
Na8