– No tiene gracia. Ninguna. Ella me lo pidió. Ya sé que suena ridículo, pero en aquel momento no me pareció mal. No te rías, no tienes ni idea de quién era yo en aquel momento. Si me hubiera pedido que me descerrajara un tiro seguramente lo habría hecho.
– ¡Joder! ¡No te descojones! Es posible que algún día te suceda algo parecido y entonces me entenderás. ¡Ten amigos para esto! Pues que sepas que seguramente volvería hacerlo. Por mucho calor que se pase dentro del traje de oso panda, el premio es tan dulce que merece la pena...
Comentarios
1) Qué bien sabes que las historias autobiográficas funcionan.
2) Sí, decididamente necesitabas unas vacaciones :D