La primera vez que oyó hablar a Frank Von Strange, apenas sabía nada de psicología. Era un estudiante curioso que se dejó deslumbrar por una frase escuchada al azar en un café: "Lo único que separa la cordura de la locura es un fino hilo. Todo el mundo puede trasladarse a cualquiera de los dos extremos del hilo. Sin embargo, a veces se rompe, y si te pilla en el lado de la locura, te quedas allí para siempre... A no ser que encontremos la forma de hacer un nudo en el hilo".
Aquello le pareció sublime. Persiguió a Von Strange por toda Viena hasta que logró que éste le admitiera como discípulo.
A través de prolongadas jornadas de trabajo ambos buscaban afanosamente el hilo. Coleccionaban recortes de prensa de hombres y mujeres normales, buenos vecinos que de pronto se dejaban cegar por la locura y mataban a su familia, o de niños que se comportaban como animales y que ellos llamaban sus pruebas. Fue uno de esos días agotadores en el manicomio que Von Strange dijo haber encontrado el hilo, su hilo.
Al día siguiente, cuando llegó al laboratorio, el alumno encontró un gran montón de hilo en el diván. Y ni rastro del maestro. Lo esperó durante dos días, al cabo de los cuales había alumbrado una nueva teoría: si alguien tiraba demasiado del hilo de la locura, terminaría absolutamente deshilachado, como Frank Von Strange.
Aquello le pareció sublime. Persiguió a Von Strange por toda Viena hasta que logró que éste le admitiera como discípulo.
A través de prolongadas jornadas de trabajo ambos buscaban afanosamente el hilo. Coleccionaban recortes de prensa de hombres y mujeres normales, buenos vecinos que de pronto se dejaban cegar por la locura y mataban a su familia, o de niños que se comportaban como animales y que ellos llamaban sus pruebas. Fue uno de esos días agotadores en el manicomio que Von Strange dijo haber encontrado el hilo, su hilo.
Al día siguiente, cuando llegó al laboratorio, el alumno encontró un gran montón de hilo en el diván. Y ni rastro del maestro. Lo esperó durante dos días, al cabo de los cuales había alumbrado una nueva teoría: si alguien tiraba demasiado del hilo de la locura, terminaría absolutamente deshilachado, como Frank Von Strange.
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