Soy nada, nadie, el vacio, la no materia y la no antimateria. Ni siquiera tengo nombre verdadero, incluso es posible que no tenga alma, soy menos que un átomo y menos que un neutrón.
No he querido nunca a nadie y nadie me ha querido nunca. Existo sólo porque sé que existo, porque deseo existir.
El tiempo para mi no es importante, acaso un accidente que sucede al margen de mi propia conciencia.
Y, sin embargo, millones de estúpidos humanos me veneran, me nombran de diversas formas y se empeñan en matarse entre sí por razones diversas entre las que mis distintos nombres se llevan la palma. No se dan cuenta de que el día que el último de ellos deje de nombrarme, ya no tendrá sentido mi inexistencia y, finalmente, podré dejar de pensar que existo.
No he querido nunca a nadie y nadie me ha querido nunca. Existo sólo porque sé que existo, porque deseo existir.
El tiempo para mi no es importante, acaso un accidente que sucede al margen de mi propia conciencia.
Y, sin embargo, millones de estúpidos humanos me veneran, me nombran de diversas formas y se empeñan en matarse entre sí por razones diversas entre las que mis distintos nombres se llevan la palma. No se dan cuenta de que el día que el último de ellos deje de nombrarme, ya no tendrá sentido mi inexistencia y, finalmente, podré dejar de pensar que existo.
Comentarios