Ir al contenido principal

El regalo de cumpleaños

Como cada año desde hacía más tiempo del que le gustaba recordar, a eso de las seis de la tarde, comenzaban a llegar sus amigos. Al principio venían solos, pero según cambiaron sus vidas, comenzaron a venir con novias, novios e hijos. Alrededor de la misma mesa baldada se contaban en resumen los 12 meses anteriores y se dejaban arrastrar por los recuerdos comunes, cada vez más adornados por los desbarres de la imaginación.
El motivo era su cumpleaños, un día de fiesta en medio de la Navidad, una tarde de pesada digestión en la que todos encontraban un hueco para pasar por su casa y tomarse un trozo de tarta infantil con él.
Hacía tiempo que aquel acto se había convertido en rutina para todos y también hacía tiempo que David había entendido que ese era el mejor regalo de cumpleaños que nunca nadie le haría.

Comentarios

Irilien ha dicho que…
Es tu cumple?FELICIDADES¡¡¡¡si me envias una foto o la publicas aki y te apetece podría hacerte un regalito yo tambien.Un saludo y ¡¡¡FELIZ NAVIDAD para tí y para tus seres keridos:)¡¡¡¡¡¡¡
JOSE LUIS ha dicho que…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JOSE LUIS ha dicho que…
RECTIFICO:
Decía anteriormente "me ha llegado al tuétano"
Ahora digo que me identifico contigo.
Estoy seguro de que ese gozo que experimentas no lo supera ningún materialismo.

Entradas populares de este blog

El oasis maldito

Durante siglos, los tuaregs han contado la historia del oasis maldito. Con pequeñas diferencias, a lo largo de generaciones han narrado que existe un oasis que cada cien años, o cada 50, o cada 25, emerge desde debajo de las arenas. O viaja sobre las dunas móviles, empujado por el viento. O, simplemente, se materializa. También hay variaciones con los protagonistas. A veces son caravaneros, cada vez menos; otras, un jinete perdido en medio de una tormenta o, últimamente, algún piloto del París-Dakar extraviado. Solo se mantiene sin variación la consecuencia de entrar en su dominio. Una vez que has probado su agua, estás perdido. Si bebes y te marchas, acabarás muriendo de sed en el desierto, porque fuera del oasis la deshidratación se acelera y ninguna otra cosa que puedas beber te saciará. Pero si bebes y, además, pernoctas, entonces te quedarás para siempre, atrapado en el tiempo, condenado a una eternidad de soledad con el único alivio de poder calmar la sed.   Foto: @DUA Es una...

El rapto de Europa

Llevo más de 300 años confinada en este marco, sin poder moverme ni variar mi campo de visión. A diario pasan por delante cientos de personas, muchas de apariencia extraña y con idiomas que no llego a comprender. Creada con Dall•e No sé cómo pasó. Recuerdo que estaba muy enferma, sabía que me estaba muriendo porque me costaba respirar cada vez más. También recuerdo que cerré los ojos y la oscuridad lo llenó todo, incluso el pensamiento. De hecho, cuando Giacomo me pintó ya había comenzado a sentirme mal. De ahí la mirada febril y casi desesperada de mi retrato. Zeus está a punto de violar a Europa en Creta. Yo soy Europa y miro al espectador con una mueca de terror, con los vestidos desgarrados y dejando a la vista la mayor parte de mi cuerpo. Aunque, en realidad, no es mi cuerpo. Giacomo me engordó un poco y me puso unos pechos generosos. Decía que el marqués quería un cuadro que invitase a la lujuria, y mi delgadez de entonces resultaba muy poco atractiva. Él ya sabía que me estaba m...

Vaya mierda de noche

Vaya mierda de noche que he pasado. Podría haber contado las vueltas que han dado las aspas del ventilador del techo a poco que me hubiera esforzado. Eso si no hubiera pasado las horas repasando los números una y otra vez. En los costes no me he equivocado, estoy seguro. Serán más o menos los que he calculado. Pero el problema son los ingresos, los putos ingresos. Vete tú a saber si mis estimaciones son realmente objetivas o solo son el reflejo de mis deseos, como tantas veces les he dicho a los clientes en el banco.  Imagen creada con Copilot Tal vez tendría que haberme quedado donde estaba, de ocho a tres, con mi mes de vacaciones pagadas y un horizonte profesional razonablemente estable de aquí a la jubilación. Es lo que les hubiera gustado a mis padres. Y a mis hijos. Dicen que estoy loco, que ya no soy un niño, que debería estar pensando en la jubilación y no en aventuras empresariales disparatadas. Qué cómo se me ocurre a mis 58 años. Lola incluso me acusa de no querer dedica...