Anoche soñé con el faro del fin del mundo. Bueno, en realidad no sé si el faro estaba o no en el fin del mundo, pero la escena de arranque encajaba perfectamente con la evocación de ese nombre. Creo que he visto antes esas imágenes de un faro sobre un farallón siendo engullido por las olas. Pero en mi sueño son mis ojos los que hacen de cámara; fue una sensación muy extraña, ya que se parecía a las imágenes de mi recuerdo. Pero estaba seguro de ser yo quién observaba desde el aire mientras me hacía la pregunta de cómo debía ser encontrarse dentro del edificio.
La respuesta la obtuve tras un parpadeo, las paredes redondas del faro temblaban ante el fragor del viento y el mar, mientras que un ensordecedor ruido lo invadía todo. Dentro del faro, el ruido se multiplicaba y se amplificaba como en un gigantesco altavoz. Pensé, o soñé que pensaba en si las paredes resistirían un ataque tan brutal mucho más tiempo. Entonces comenzaron a surgir grietas por las que el mar entró a borbotones. El nivel del agua rápidamente comenzó a ascender y yo me vi huyendo por las escaleras. Quería llegar arriba antes de que el faro colapsara, para al menos ver la luz desde dentro. Pero no fue posible, el edificio se desmoronó antes, arrastrándome hacia el fondo bajo una lluvia de piedra. Desperté.
En las ventanas atronaba el granizo amenazando con romperlas.
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