Aquel juego comenzó cuando estaba en primero de BUP. El profesor de literatura, un tipo demasiado brillante e inquieto como para permanecer demasiado tiempo en un colegio de curas tristes, les animaba a romper con la rigidez de las redacciones escolares y a buscar en su imaginación historias que salieran de sus entrañas. Y, para convencerles de tan arriesgado experimento, les entrenaba con juegos y entretenimientos. Su preferido, primero el título: un compañero inventaba el título del cuento (aunque no tuviera sentido) y todos se ponían a la labor de armar una narración que hiciera honor a dicho comienzo.
Durante años siguió jugando solo. Y antes de comenzar a escribir su primera novela estuvo meses intentando encontrar un título sugerente, pero solo se le ocurrió "Primero el título". Por eso estaba seguro de que la novela sería un fracaso.
Durante años siguió jugando solo. Y antes de comenzar a escribir su primera novela estuvo meses intentando encontrar un título sugerente, pero solo se le ocurrió "Primero el título". Por eso estaba seguro de que la novela sería un fracaso.
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