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El vaso medio lleno, o medio vacio

Nunca he sabido decidirme sobre este particular, nuca. Ante el vaso relleno hasta la mitad, nunca he podido decir si estaba medio lleno o medio vacío. Ya sé que parece una tontería más de las muchas que digo al cabo del día, pero el asunto es mucho más profundo y profuso de lo que parece.
Este asunto es un reflejo de mis inseguridades, de mi falta patológica de criterios propios, de capacidad para tomar decisiones. De esto se deriva que no sea capaz de decidirme por una camisa verde esperanza o verde mar, de decidirme entre un coche deportivo o un monovolumen familiar. Es también la razón que hay detrás de mis malos resultados en todas las pruebas que me han puesto en forma de test.
En última instancia es esta indecisión la que me ha impedido a estas alturas de mi vida tener una pareja estable, pues siempre que me he tenido que enfrentar al compromiso me han asaltado las dudas:
– ¿Me quieres? ¿Quieres que nos casemos?
A estas preguntas sólo se me ocurre responder "pero el vaso, ¿está medio lleno o medio vacío?"

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