Yo empecé en esto de las conspiraciones por puro azar, pero he de reconocer que de niño ya apuntaba maneras. Vale que no existían las redes sociales, que lo amplifican todo enormemente al multiplicar la audiencia potencial, pero el patio del colegio podía funcionar como un pequeño twitter a escala. Creada con ChatGPT Debía estar en quinto o sexto de EGB y acababa de leerme la Isla del Tesoro. Lógicamente, me encantó y, entre otras cosas, me quedé con el detalle del mensaje que anunciaba la muerte del viejo pirata. Era enormemente dramático. Y se me ocurrió una historia que puse en práctica en el colegio al día siguiente. Fue mi primera conspiración viral: la maldición de la mano negra. Era una tontería, pero es que una conspiración no tiene por qué parecer inteligente; de hecho, la estupidez aporta credibilidad: ¿quién se va a inventar una imbecilidad como esa? Si la gente la cuenta es porque tiene que ser verdad. La maldición de la mano negra conllevaba enormes desgracias al portador
Comenzaron a llegar poco a poco. Al principio venían a pasar temporadas cortas en julio o agosto. Como el resto de europeos que pasaban sus vacaciones en España. Y ni siquiera era este su destino favorito, Iberia estaba muy por detrás de las islas griegas en sus preferencias. Nada hacía presagiar el fenómeno que se desencadenaría solo unas pocas décadas después. Imagen generada con Copilot Las primeras noticias sobre la paralización de la AMOC llegaron a principios del siglo, pero casi nadie prestó atención a los avisos de los científicos. Sus informes y advertencias rara vez traspasaban las páginas de las revistas especializadas o de los libros de actas de congresos. Entonces tan solo llegaban algunos jubilados que aprovechaban la crisis inmobiliaria española de 2009 para comprar propiedades a buen precio y garantizarse un retiro al sol. Allá por 2024 comenzaron a aparecer las primeras informaciones en los medios generales, aunque siempre acompañadas de opiniones contrarias y que ca