Apenas había empezado a excitarse cuando sintió sobre su vientre la cálida señal del fin. Él balbuceó una disculpa y ocultó su cara en la almohada: "No te preocupes cariño, a veces pasa". El hombre se vistió a toda prisa, mientras ella le invitaba a quedarse, a volver a intentarlo. "No me humilles más", dijo para frenarla.
El hombre abandonó la casa a toda prisa dando un portazo de rabia. Y ella se quedó sola, de nuevo pensando en Brad Pitt con sus manos.
Comentarios