– Esto es absurdo. – ¿Lo es? – Claro que lo es, ¿dónde se ha visto que un personaje y su autor mantengan una conversación? – Pues se ha visto en numerosas ocasiones, por ejemplo en... – Vale, vale, ¿Y en cuántas de ellas el personaje apuntaba al autor con una pistola? – Creo que también se ha hecho, no soy muy original. – Es absurdo, ¿cómo voy a ser una amenaza si cada palabra que digo es tuya? Y, además, no soy real. – Bueno, sí que eres real. Si yo creo que existes, si yo te veo, y si soy capaz de dejarte actuar por tu cuenta, entonces... – Ya, claro, existo. Y si yo apretara el gatillo de la pistola que has imaginado, se supone que recibirías un tiro... Probemos... PUM – ¡Maldita sea! ¡Me has dado! ¿Y ahora cómo explico yo esto en el hospital?