Cierro los ojos. Los abro. Los cierro definitivamente.
No quiero mirar más. No quiero tener que mentir luego y decir que no lo vi. Aunque espero que no me pregunten por lo que oigo, porque entonces sí que tendré que callar, volver a ocultar la verdad.
Oigo sus peticiones de súplica, oigo como se ríen de él. Oigo como se arrastra por el suelo, llorando. Oigo los tiros y deja de oírse su voz.
Alguien escupe (supongo que al cadáver), y entre risas otro dice que en el mundo hay un chivato menos. Escucho una moto que se aleja a toda velocidad.
Abro los ojos y veo una multitud arremolinada en torno al cuerpo y leo en los ojos de todos que ninguno ha visto nada, que nadie sabe nada.
No quiero mirar más. No quiero tener que mentir luego y decir que no lo vi. Aunque espero que no me pregunten por lo que oigo, porque entonces sí que tendré que callar, volver a ocultar la verdad.
Oigo sus peticiones de súplica, oigo como se ríen de él. Oigo como se arrastra por el suelo, llorando. Oigo los tiros y deja de oírse su voz.
Alguien escupe (supongo que al cadáver), y entre risas otro dice que en el mundo hay un chivato menos. Escucho una moto que se aleja a toda velocidad.
Abro los ojos y veo una multitud arremolinada en torno al cuerpo y leo en los ojos de todos que ninguno ha visto nada, que nadie sabe nada.
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