No sé dónde la he puesto y mira que he buscado: ni en el armario, ni el cajón de las llaves ni en el mueble del salón. Así que voy a hacer lo que me enseñó mi abuela, un nudo en un pañuelo y a esperar que aparezcan por cualquier parte.
Es gracioso, a veces me pasa como con las gafas: que las busco y las busco y las llevo puestas… ¿dónde habré metido mi alma, que no aparece por ninguna parte?
Es gracioso, a veces me pasa como con las gafas: que las busco y las busco y las llevo puestas… ¿dónde habré metido mi alma, que no aparece por ninguna parte?
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