Un avión con el suelo transparente. Eso parecía. Aunque en realidad no era más que una pantalla a los pies de los viajeros que reflejaba una imagen construida con las tomas de varias cámaras alojadas en la panza de la aeronave. Lo cierto es que finalmente estaba viviendo su sueño. La impresión era la de estar volando realmente sobre la tierra, aunque el efecto solo era realmente impactante si te sentabas en el pasillo.
Sabía que apenas tocaran tierra el sueño se desvanecería y pasarían a negociar con alguna compañía. Una o varias negociaciones que serían agónicas y que podrían terminar con un carpetazo al asunto o con versiones operativas de la idea en muchos aviones. Pero eso ya no era divertido, eso ya no era parte de la aventura. Así que se preparó a vivir el mejor aterrizaje de su vida antes de ponerse a jugar a los dados con el resto de ella.
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