Ir al contenido principal

Desmoronamiento


Foto: Urbanity.es

El muro de hormigón se derrumbó de abajo hacia arriba. La base, cansada de mantener el peso de los metros superiores, se fue convirtiendo en polvo, en poco más que arena de playa gris. Y el resto de la pared fue colapsando a medida que se deshacían los centímetros inferiores.
No podía ser aluminosis, tampoco un efecto de la erosión. Detrás de aquel inexplicable fenómeno había ago más, algo inexplicable que había estado derrumbando diversos edificios alrededor de todo el mundo. Los grandes iconos de la arquitectura del siglo XX caían uno tras otro: las grandes torres del sudeste asiático o de Oriente Medio, el nido de Pekín y, ahora, la ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia... Pero también caían los edificios normales, los poblados por la gente, los que de verdad suponían una catástrofe  para sus habitantes.
No era aluminosis, pero los científicos de todo el mundo se esforzaban por encontrar una razón: una bacteria come hormigón, un sabotaje en gran escala, terrorismo islámico, terrorismo sionista, terrorismo neonazi, terrorismo neocomunista o guerra química. Sin embargo, ningún grupo terrorista reivindicaba nada, ningún gobierno declaraba guerra alguna y ningún laboratoria encontraba la posible bacteria. Lo único cierto era que en todo el planeta el hormigón se deshacía en polvo.
 Algunos, entre los que me incluyo, pensamos en una invasión extraterrestre, que primero provocaba el caos y luego atacaría con su tecnoarmamento para no dejar memoria del ser humano sobre la Tierra. Pero la temida invasión no se producía y las gentes comenzaban a organizarse para construir refugios y para ocupar los antiguos edificios de piedra.
A día de hoy siguen cayendo edificios, incluso también las presas, las centrales nucleares, las térmicas, las emisoras de televisión y las bases de las antenas repetidoras. El mundo se encamina hacia un silencio informativo y energético motivado por el menos técnico de sus componentes. Tan sólo la física cuántica parece lanzar argumentos racionales: podría tratarse de un efecto de encadenamiento de partículas, o algo relacionado con la memoria de los materiales.
En cualquier caso, lo cierto es que nuestra civilización se está desmoronando y nadie parece saber por qué.

Comentarios

Arnedo ha dicho que…
Hola,

He conocido su blog a través del 20 Minutos, ha sido un placer llegar aquí.

Respecto a "En cualquier caso, lo cierto es que nuestra civilización se está desmoronando y nadie parece saber por qué", le propongo la siguiente lectura:

"La evolución moral de occidente ha sido mucho menor que la material"

http://josearnedo.blogspot.com/2011/11/amin-maalouf-el-desajuste-del-mundo.html

Un saludo, espero que le guste,

Jose
David del Bass ha dicho que…
Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

Entradas populares de este blog

El oasis maldito

Durante siglos, los tuaregs han contado la historia del oasis maldito. Con pequeñas diferencias, a lo largo de generaciones han narrado que existe un oasis que cada cien años, o cada 50, o cada 25, emerge desde debajo de las arenas. O viaja sobre las dunas móviles, empujado por el viento. O, simplemente, se materializa. También hay variaciones con los protagonistas. A veces son caravaneros, cada vez menos; otras, un jinete perdido en medio de una tormenta o, últimamente, algún piloto del París-Dakar extraviado. Solo se mantiene sin variación la consecuencia de entrar en su dominio. Una vez que has probado su agua, estás perdido. Si bebes y te marchas, acabarás muriendo de sed en el desierto, porque fuera del oasis la deshidratación se acelera y ninguna otra cosa que puedas beber te saciará. Pero si bebes y, además, pernoctas, entonces te quedarás para siempre, atrapado en el tiempo, condenado a una eternidad de soledad con el único alivio de poder calmar la sed.   Foto: @DUA Es una...

El rapto de Europa

Llevo más de 300 años confinada en este marco, sin poder moverme ni variar mi campo de visión. A diario pasan por delante cientos de personas, muchas de apariencia extraña y con idiomas que no llego a comprender. Creada con Dall•e No sé cómo pasó. Recuerdo que estaba muy enferma, sabía que me estaba muriendo porque me costaba respirar cada vez más. También recuerdo que cerré los ojos y la oscuridad lo llenó todo, incluso el pensamiento. De hecho, cuando Giacomo me pintó ya había comenzado a sentirme mal. De ahí la mirada febril y casi desesperada de mi retrato. Zeus está a punto de violar a Europa en Creta. Yo soy Europa y miro al espectador con una mueca de terror, con los vestidos desgarrados y dejando a la vista la mayor parte de mi cuerpo. Aunque, en realidad, no es mi cuerpo. Giacomo me engordó un poco y me puso unos pechos generosos. Decía que el marqués quería un cuadro que invitase a la lujuria, y mi delgadez de entonces resultaba muy poco atractiva. Él ya sabía que me estaba m...

Vaya mierda de noche

Vaya mierda de noche que he pasado. Podría haber contado las vueltas que han dado las aspas del ventilador del techo a poco que me hubiera esforzado. Eso si no hubiera pasado las horas repasando los números una y otra vez. En los costes no me he equivocado, estoy seguro. Serán más o menos los que he calculado. Pero el problema son los ingresos, los putos ingresos. Vete tú a saber si mis estimaciones son realmente objetivas o solo son el reflejo de mis deseos, como tantas veces les he dicho a los clientes en el banco.  Imagen creada con Copilot Tal vez tendría que haberme quedado donde estaba, de ocho a tres, con mi mes de vacaciones pagadas y un horizonte profesional razonablemente estable de aquí a la jubilación. Es lo que les hubiera gustado a mis padres. Y a mis hijos. Dicen que estoy loco, que ya no soy un niño, que debería estar pensando en la jubilación y no en aventuras empresariales disparatadas. Qué cómo se me ocurre a mis 58 años. Lola incluso me acusa de no querer dedica...