Notaba un peso distinto en el bolso mientras caminaba por la atestada calle en su primer día de parada. Conocía casi de memoria todo el ceremonial de tanto que se lo habían contado amigos y conocidos que habían pasado por el mismo trance en los meses anteriores. Primero la cola, luego el currículum y, por último, la parte de las aptitudes, en línea con las últimas tendencias del coaching.
Con la pistola apuntando a la sien de la funcionaria, le dijo muy tranquila: “tome nota de mis aptitudes: tengo capacidad de mando, sé hacerme escuchar y, si acaso, ando corta de paciencia”.
Con la pistola apuntando a la sien de la funcionaria, le dijo muy tranquila: “tome nota de mis aptitudes: tengo capacidad de mando, sé hacerme escuchar y, si acaso, ando corta de paciencia”.
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