Baja del coche. Se acerca al borde de la carretera y salta el quitamiedos. No corre, aunque cree que su vida depende de la prisa que se de.
Hace un par de horas estaba aún contemplando su reloj, pendiente de la hora de salida, pensando en el fin de semana. Sin embargo, unos segundos antes de salir, cuando ya estaba el ordenador apagado sonó el teléfono. La voz amenazante le dijo lo que tenía que hacer si no quería morir. Nada más colgar una bala atravesó el cristal de su ventana y fue a incrustarse en el retrato de su novia.
En el trayecto ha ido pensando cómo se ha podido meterse en este problema, o quién le está haciendo esto. Está asustado, tanto que no ha sido capaz de huir, de salirse de la autovía y desaparecer.
Ahí está, caminando en dirección sur apretando el paso para cumplir el horario. acercándose a la casa. En la puerta tiene el corazón en un puño: el picaporte se mueve sin problemas y la hoja se mueve dando paso a la oscuridad. En ese instante, se cree muerto.
¡Felicidades! Grita un coro de voces conocidas y entonces recuerda sus cuarenta años. Un alivio de muerte.
Toda su vida había sido una espiral de sucesos que se alejaban para luego acercarse al tema central de su Universo: la Atlántida. Desde que escuchó el primer cuento sobre ella, narrado por su abuelo, supo que irremediablemente estaba atrapado por su búsqueda. Lo leyó todo, desde la descripción idealizada de Platón, hasta las versiones más disparatadas de los grupos herméticos. Había visitado todas las posibles Atlántidas de la Tierra y había coleccionado cuanto documental, libro o folleto turístico que se había cruzado en su camino. Lo sabía todo sobre esa nación, lo posible y lo imposible y, aún así, la seguía buscando porque soñaba con ella todas las noches. Contaba con sesenta años cuando, de la mano de su nieto, descubrió las posibilidades de Internet. Y, entre todos los recursos que descubrió, hubo uno que le hechizó de forma especial, el Google Earth. Desde que lo descargó a su ordenador se pasaba las horas analizando cada centímetro cuadrado del mapa virtual del mundo, intentand
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Un saludo
Buen relato.
Un saludo.