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Mostrando entradas de junio, 2015

La agenda

Había sido sábado por la noche y su agenda marcaba follar. Poco importaba que Vero le hubiera dejado. Durante años, el ritmo de su vida era el que señalaba la agenda semanal. Y le había ido bien, excepto por lo de Vero. Salió de caza como antaño, siendo muy permisivo con los requerimientos previos, aunque al final tuvo que recurrir al pago para disfrutar de un rápido alivio manual en el servicio del pub. La noche del sábado había pasado, y había cumplido la programación. El domingo tocaba fútbol con los amigos, paella en casa de los padres y tarde organizando la agenda de la siguiente semana. Entonces buscaría un hueco entre el miércoles y el jueves para olvidar a Verónica.

Aprendiendo a volar, de nuevo

Había olvidado volar. Extendía las alas, pero por más que las agitaba sus piernas no se separaban del suelo más allá de un par de segundos. Le mirábamos angustiados intentar levantar el vuelo, pero sus esfuerzos eran imfructuosos. Si no lo lograba significaría que tendría que seguir en cautividad el resto de su vida. Sus cortos revoloteos le acercaron al borde de la terraza y, antes de que ninguno de nosotros pudiera evitarlo, se precipitó hacia el suelo. Pensé que le perdíamos, pero justo cuando alcanzamos a asomarnos, le vimos remontar planeando en el aire y alejarse de nuestro terrado saludando con la mano. Quise recordarle que un ángel debería honrar sus promesas, pero preferí no hacerlo: nunca se sabe cuándo un ángel de la guarda puede ser útil de verdad. 

Aptitud

Notaba un peso distinto en el bolso mientras caminaba por la atestada calle en su primer día de parada. Conocía casi de memoria todo el ceremonial de tanto que se lo habían contado amigos y conocidos que habían pasado por el mismo trance en los meses anteriores. Primero la cola, luego el currículum y, por último, la parte de las aptitudes, en línea con las últimas tendencias del coaching . Con la pistola apuntando a la sien de la funcionaria, le dijo muy tranquila: “tome nota de mis aptitudes: tengo capacidad de mando, sé hacerme escuchar y, si acaso, ando corta de paciencia”.