De algunos seres sabemos que son extraordinarios desde el mismo momento de su nacimiento. Eladio Romera es uno de ellos. Cuando nació, el 15 de agosto de 1968, su llegada al mundo vino acompañada de un terrible aguacero que significaba el final de la sequía más grave habida en 50 años.
Nadie le dio importancia. Él tampoco fue consciente de su don hasta bien entrado en la pubertad. Fue el día en el que le rompieron el corazón por primera vez. Fue un 13 de febrero, y mientras ella le decía que estaba enamorada de otro, el cielo se fue cerrando. Y, mientras regresaba a casa, llorando, una lluvia suave y cariñosa le fue acompañando por el camino.
(Creo que este es el arranque de una novela)
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