La carta nos llegó tres días después de su fallecimiento, el 12 de mayo de 2022. Por fin, y tras cinco años de idas y venidas, de varios hackeos y de decenas de excelsas falsificaciones de certificados de pedigrí y análisis de ADN, la Federación Mundial de Razas Caninas Selectas reconocía que nuestro Trotski era el ejemplar prototípico de la nueva raza labrachicha, derivada de diversos cruces entre labradores, pastores alemanes y téckeles. Apenas nos sirvió de consuelo; en realidad nos devolvió la punzada en el alma que ya nos había producido Google cuando nos recordó la mañana en la que estaba programado su sacrifico el día que llegó a casa, justo trece años antes. Nuestro flamante labrachicha llegó a nuestras vidas un 9 de mayo de 2009, proveniente de una protectora de Adra, lloroso y en una caja de cartón. A primera vista, el tamaño de sus patas prometía un perro considerable. Pero la promesa solo se cumplió en parte, ya que de su herencia labradora sacó un potente ladrido (impropi...