Una marca sobre el borde la taza, doce migas de pan sobre el mantel naranja, la cucharilla ribeteada de espuma marrón reposando en el plato, el tarro de mermelada de arándanos abierto y llamando a la mosca. Ese era el paisaje que la desolación había sembrado en la cálida mañana de agosto. En realidad falta citar algo: un teléfono móvil dejado de cualquier manera sobre la mesa. Se nota que alguien lo ha tirado allí hace un momento, casi se podría decir que aún se mueve. Incluso, aún podríamos oir el eco de las últimas palabras que transmitió. El narrador ha visto en la terraza esa mesa y ha seguido con la mirada los gestos del comunicante que ahora mira al mar, reflexionando sobre sus últimos actos y en el motivo último que le ha llevado a arrojar el móvil. Mientras el narrado lo mira intrigado y piensa en las miles de razones que le podrían haber llevado a tirar el móvil. La mosca ha entrado en el tarro. http://vuelvoadesaparecer.wordpress.com/2011/06/12/rastro-de-migas-de-pan/ ...