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Mostrando entradas de febrero, 2015

El carnicero

Cortaba la carne en finísimos filetes. La mano experta guiaba un cuchillo afilado con esmero. Y los desperdicios y recortes los iba dejando caer en un gran cubo negro. El carnicero recordaba siempre en aquellas ocasiones la primera vez que hizo un sacrificio con despiece completo: el miedo en los ojos de la criatura, los últimos intentos por zafarse del cuchillo y el olor cálido de la muerte fresca. Luego, el arduo trabajo de separar las piezas, de cortar certeramente huesos y tendones, de extraer de cada pieza su mejor corte: filetes, dados o tiras. Horas y horas de laborioso trabajo hasta convertir un cuerpo humano en un selecto mostrador gourmet.

Antes de descubrir el fuego

La última nave partió dejando tras de sí una estela de fuego. Los que quedamos, los que no pudimos comprar un nuevo destino, la vimos alejarse. Por muy duro que fuera su destino, ellos al menos lucharían por un futuro. Los de aquí ya no lo teníamos y por eso dejamos de luchar. Poco a poco se fueron apagando las emisoras de televisión, los hospitales y, finalmente, las propias centrales eléctricas. Y una humanidad estéril y rendida volvió a pasar hambre, frío y miedo. Justo como antes de descubrir el fuego.