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Mostrando entradas de febrero, 2013

La redención genética

He tardado 32 años en saber la verdad. Toda mi vida. Para mí es aún un buen momento, pero para ella es demasiado tarde. Tengo los ojos de un azul profundo, aunque eso no fue lo que me hizo interesarme por la genética. Lo mío es más que una vocación, es una búsqueda de la redención. Nadie la creyó, y mucho menos mi padre, que abandonó el hospital y nuestras vidas nada más verme. Mis abuelos tampoco pudieron creerle. Ni siquiera yo, a pesar que me repitiera casi a diario que había heredado el pelo rubio de mi padre. Crecí viéndola sufrir, abandonada por todos a los que ella quería. Yo fui su única razón para seguir adelante y también la única causa de su desgracia. Soy un caso entre 1.000 millones, una rareza de la naturaleza que, en realidad, ni siquiera tendría que haber nacido vivo. Soy mi propio objeto de estudio: un blanco de color negro.

Tri-o-dos

Ella clava sus uñas mi espalda, marcándole el ritmo a las caderas; ella gime inmóvil, lánguida y suave. Ella me hace sangrar y el dolor se junta con el placer que de ella obtengo. Ella aprieta su sexo contra mis nalgas, mientras me vacío en el sexo de ella. Dolor, placer, ama y esclava. Así son ellas.

No es ésta mi piel

http://www.flickr.com/photos/buddhabio/3198242637/ La piel que me cubre no es mía. No son míos ni el rostro que veis, ni el color del pelo, ni la sonrisa amplia que observáis. Yo, en realidad, soy mucho más sencillo, más primitivo, apenas una acumulación de gases que se adaptan a cualquier contenedor, pero que se siente mejor cuanto más libre se encuentra. Por eso, cada varios años, siento la necesidad de abandonar el pellejo que me contiene y que vosotros consideráis vuestro amigo y volar libre, expandirme hasta que mis moléculas casi se olviden las unas de las otras, rodear con mi gaseoso cuerpo todo el planeta, y poder contemplar todo el mundo de una sola vez. Así que no os extrañéis si algún día recibís la noticia de que salté al vacío desde alguna azotea. Es la mejor manera de volver a ser yo mismo...