–No quiero hacer este momento más desagradable de lo que realmente es. Sabes como yo que la situación de esta bendita casa se ha ido deteriorando gravemente en los últimos años. Y ya no podemos continuar así. Debemos tomar medidas, por duras que estas sean. Hemos crecido y aprendido mucho en todo este tiempo. Y hubo un momento en el que incluso nos divertimos. No es una decisión sencilla, pero creo que es la mejor. Piensa que el futuro no está escrito, y que... – Un momento, ¿me estás despidiendo? – En cierto modo, sí... – Ya, pero resulta que esto no es una empresa sino una pareja. Yo no soy tu puto empleado. – Pero la casa es mía...