– Su currículum es impresionante...
– Gracias... Pero....
– ¿Por qué supone que habrá un pero?
– Si ha leído mi CV sabrá que me he dedicado a esto. Sé cómo se dan las malas noticias.
– Es que... Está sobrecapacitado para este trabajo.
– ¿Significa eso que cree que haré peor el trabajo? Si estoy sobrecapacitado hacerlo de forma excelente no sería un problema...
– Ya, pero su edad...
– 45 años. Me quedan 20 o más de vida profesional, tengo experiencia, mucha experiencia y ustedes lo ponían como requisito.
– Es muy posible que sus compañeros se sintieran intimidados. Compréndalo.
– ¿Y si en lugar de intimidados se sintieran inspirados? ¿Lo ha pensado? Mejoraría el funcionamiento de todo el departamento.
– No creo que usted se sintiera a gusto.
– Le garantizo que sí. Después de cinco años parado, cualquier trabajo me haría feliz. Incluso ser re ponedor.
– Lo siento, pero usted no es lo que buscamos.
– Bueno, no insistiré. Pero déjeme decirle que hace 10 años yo era exactamente como usted.
Dejó de ensayar delante del espejo y comprobó que llevaba en la cartera la última versión del CV. Hoy, por fin, sería distinto.
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