El sol poniente incendia el horizonte mientras encamina sus pasos hacia la barrera. Al otro lado de la misma el tiempo y el espacio se modifican. Al otro lado, hay espacio para la esperanza y tiempo para disfrutarla. A este lado sólo hay tiempo para esperar la muerte, que llega lenta, siempre que no se te ocurra llamarla a gritos: alzando la voz contra los que ahogan el tiempo y el espacio.
Sabe que al otro lado las gentes no quieren a gente como él. Pero también sabe que, si se queda del lado de los que se mueren callados, su vida no habrá tenido sentido. Por eso camina erguido, porque quiere que los que disparan desde su lado lo puedan ver bien y que, a ser posible, le alcancen. Y que los del lado de la barrera en el que el tiempo y el espacio existen, se terminen apiadando y le ayuden.
Suena un disparo...
Sabe que al otro lado las gentes no quieren a gente como él. Pero también sabe que, si se queda del lado de los que se mueren callados, su vida no habrá tenido sentido. Por eso camina erguido, porque quiere que los que disparan desde su lado lo puedan ver bien y que, a ser posible, le alcancen. Y que los del lado de la barrera en el que el tiempo y el espacio existen, se terminen apiadando y le ayuden.
Suena un disparo...
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