Marcos es un tipo como tú o como yo. Bueno, quizás más como tú… ya sabes… un poco «pringadillo». No me mires así, que tú mismo lo dices siempre.
Total, que Marcos va a la universidad —y a cualquier otra parte— tirando de bonobús. Y, como no es que sea el tipo más popular del mundo, le suele tocar ir solo. ¿Y qué hace para pasar el rato un tipo sin iPhone, ni PSP, ni ningún otro chisme fabricado a partir del 2000? Simplemente se imagina la vida de la gente ¿triste, no?
«Esa que habla con el tipo bajito, en el fondo, lo odia. Lo que querría es irse a la ciudad que lleva en la foto de su carpeta. Sí, irse lejos, mucho.» «Aquél que se ha sentado en el extremo, con la mirada triste, va camino del laboratorio porque hoy deberá diseccionar a la rata de laboratorio que considera su mejor amiga»
«Ese hombre moreno que parece que no ha roto un plato, ese, acaba de matar a su vecino. Con sus propias manos. Y lo tiene escondido en el sótano… no, no, en el congelador de su bar. Sí, eso» pensaba Marcos divertido cuando el hombre moreno que parecía no haber roto un plato lo miró a los ojos. Entonces Marcos supo que era cierto. Lo supo con una certeza que le heló la sangre. Y el tipo comprendió que Marcos conocía su secreto más oculto. Y la siguiente parada pareció no llegar nunca.
Comentarios
Me asegurare de no inventar historias tan malas no mas para que no se hagan realidad, soy muy asustadiza.
Pense que habia dado muestras de vida alguna vez este año y me doy cuenta que no lo hice... cuidese mucho sayonara, siempre lo leo
Sofy!