El 4x4 se arrastraba por la pista, entre las dunas amarillas. El motor había llegado todo lo lejos de lo que era capaz. Un ronquido seco fue su último aliento; se paró sin tiempo para apartarlo del camino.
El conductor quitó sus manos del volante y se dejó vencer por el cansancio de tantas horas atendiendo las trampas del camino. El calor era intenso, y el sudor bañaba todo su cuerpo.
Al caer la noche, el hombre del coche decidió salir y comenzar a andar por la pista.
En algún lugar, cada vez más cercano, sus cazadores estarían siguiéndole el rastro. Tarde o temprano le alcanzarían, a no ser que antes lograra llegar a algún poblado o le venciera el desierto.
El conductor quitó sus manos del volante y se dejó vencer por el cansancio de tantas horas atendiendo las trampas del camino. El calor era intenso, y el sudor bañaba todo su cuerpo.
Al caer la noche, el hombre del coche decidió salir y comenzar a andar por la pista.
En algún lugar, cada vez más cercano, sus cazadores estarían siguiéndole el rastro. Tarde o temprano le alcanzarían, a no ser que antes lograra llegar a algún poblado o le venciera el desierto.
Comentarios
en serio, enhorabuena... sigue así...
Tremendo blog, un saludo desde Venezuela.
Andrés Schmucke.