No le había prestado demasiado atención al premio. En el fondo pensaba que no tenía ninguna posibilidad de ganar, y en ningún caso esperaba atraer la atención de nadie. Llevaba ya más de 250 cuentos escritos y apenas había recibido visitas en todo ese tiempo. Sin embargo, para su sorpresa, comenzaron a aumentar los accesos a su web de relatos minimalistas y su obra apareció entre las más votadas del concurso (logró 2 puntos). "¿Y si ganase?" Pensó. Y luego soñó que ganaba, que su rostro aparecía en las páginas del diario, que sus hijos le miraban con orgullo y que su suegra dejaba de ningunearle. Y fue feliz al menos una noche.