Es simple. La cuestión es no mirar. La cuestión es saltar sin dudas. Aferrarse a la argolla y tirar de ella cuando hayan pasado 15 segundos. Pero, ¿y si en el último momento decido no tirar? ¿Y si la sensación de ingravidez me nubla la razón y se me olvida contar?
El resto de saltadores mira al suelo del avión. Todos sudan de nerviosismo y ya nadie hace chistes como en el momento del despegue.
El monitor ha gritado que todos arriba. Nos ponemos en el orden ensayado y comenzamos a saltar.
Volar es fácil, la cuestión es no mirar. Cierro los ojos y pongo mi mente en blanco. ¿Habrán pasado ya los quince segundos?
El resto de saltadores mira al suelo del avión. Todos sudan de nerviosismo y ya nadie hace chistes como en el momento del despegue.
El monitor ha gritado que todos arriba. Nos ponemos en el orden ensayado y comenzamos a saltar.
Volar es fácil, la cuestión es no mirar. Cierro los ojos y pongo mi mente en blanco. ¿Habrán pasado ya los quince segundos?
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