Los hombres estaban ya agotados. Habían luchado más allá de los límites de un guerrero normal. Habían llegado más lejos que ningún otro griego y habían logrado ser los reyes del mundo. Pero Alejandro quería más, quería seguir avanzando hacia el Este, camino de un nuevo mar desconocido.
Sus generales pensaban que estaba loco, que sus ansias de poder le estaban devorando la razón. Pero él no pensaba en la gloria, ni en las riquezas que se encontraban más allá del Indo. Su verdadero afán era alcanzar la otra orilla para descubrir en qué punto se acababa el mundo.
Sus generales pensaban que estaba loco, que sus ansias de poder le estaban devorando la razón. Pero él no pensaba en la gloria, ni en las riquezas que se encontraban más allá del Indo. Su verdadero afán era alcanzar la otra orilla para descubrir en qué punto se acababa el mundo.
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Un saludo.