Miraba la pantalla del ordenador, fijamente, con el dedo apoyado en el botón izquierdo del ratón y el puntero sobre el icono de enviar. Una decisión sencilla: callar otra vez o gritar a toda la oficina a través de ese correo la verdad. La verdad de su triste existencia, de sus miedos, de sus odios, de sus recelos, de sus filias y de sus reproches.
Una vez más, como cada último viernes de mes, después de ampliar la lista de agravios, se planteaba la misma decisión. Y cada vez, como ésta, lo dejaba para mejor ocasión.
Una vez más, como cada último viernes de mes, después de ampliar la lista de agravios, se planteaba la misma decisión. Y cada vez, como ésta, lo dejaba para mejor ocasión.
Comentarios
a) Que envejezca bien y sea mejor, o
b) Que se agríe y se estropee.
Si lleva un año y no te ha producido ninguna molestia es señal de que no lo debes enviar y, en consecuencia, a borrarlo y olvidarse de él.
Un saludo, compañero de foro Mac-Club y amigo de MACnolo.
;-)